top of page

Eres Posibilidad

El camino de la vida es sinuoso e incierto, muchas veces se presentan ante nosotros situaciones inesperadas, cuando parece que vamos caminando por un camino seguro, cuando creemos ir avanzando hacia un destino cuidadosamente elegido, todo cambia, a veces en un instante y sin quererlo nos encontramos enfrentando la pérdida, el desconcierto y el dolor.

El dolor es parte de la vida, nadie lo desea pero inevitablemente llega, nos toca y más de una vez nos tira, nos golpea sin piedad y nos rompe, a veces tanto que cuesta creer que podremos armarnos de nuevo.

¡Yo estuve ahí! Un terrible dolor llegó a mi vida cuando menos lo esperaba y me tumbó, me quebró y me cambió para siempre. Por una temporada tuve la seguridad de que no volvería a estar bien, hubo momentos en los que creí enloquecer, tratando de sobrevivir me agarré con fuerza de lo que pude y parece ser que aquello que encontré fue bueno porque poco a poco la paz regresó. Pensé que lo peor había pasado y que de ahí en adelante todo se iría iluminando hasta regresar al lugar en el que estaba, hasta reencontrarme con la que había sido antes del dolor pero no fue así, el tiempo pasaba y no lograba reencontrarme conmigo, con la mujer que era y que yo conocía.

Un día me miré a mí misma y lo supe: aquella persona que había sido no iba a regresar nunca y jamás volvería a esa vida que había tenido. Me miré, no me reconocí y lo peor es que no me gusté ¡a mi me gustaba la que era antes y no esa sombra en la que me había convertido! El miedo se apoderó de mí y en un arranque de negación me aferré a la idea de que podía volver a ser la que fui, hice cosas para tratar de conseguirlo pero nada funcionó y me rendí, me resigné a la idea de que en adelante mi vida se trataría sólo de eso: sobrevivir lo mejor que se pudiera sin aspirar a nada más.

No se que fue, tal vez esa necesidad que tengo desde que nací de no quedarme quieta, de ir a buscar, pero la sensación de incomodidad, de no encajar en mi propia vida me empujó a salir de donde estaba a pesar del miedo y justo al moverme me di cuenta de que si había luz, que sí había esperanza pero en un lugar distinto, en un lugar donde la que fui no habría buscado antes.

¿Te has sentido así? ¿Has sentido que no cabes, que no encajas en tu vida? ¿has perdido la esperanza al no encontrar un destino? ¿el miedo a cambiar te detiene? ¡Muévete de donde estás! Tan sólo un poco, sé que da miedo, sé que puede ser aterrador pero inténtalo al menos un poquito, un pequeño paso, no cabes más en dónde estás y además moverte te permitirá encontrarte con otros que como tú están buscando el camino.

Lo que ocurre es que por paradójico que parezca el dolor te ha hecho crecer y te ha hecho cambiar, ya no cabes ni embonas como antes, aunque no lo creas no eres más débil, después del dolor hoy eres más fuerte, ese es el regalo que Dios nos da a cambio de las situaciones que él no nos manda pero que son inevitables en la vida. Es como el pollito que al crecer rompe el cascarón, las situaciones difíciles de la vida rompen el cascarón que te protege pero te abren a la vida y te permiten entrar en contacto con los demás, conectar con otros que también sufren, que también están buscando pero de una manera distinta.

Dios tiene un nuevo lugar para ti, hace poco una maestra muy querida me dijo esta frase que llegó a lo más hondo de mi alma: SOMOS POSIBILIDAD y yo te la repito a ti, tus circunstancias no te determinan, ERES POSIBILIDAD. Ni tu dolor, ni tu pérdida, di tu debilidad, ni tu miedo te determinan, no estas terminado Dios te está haciendo otra vez.

Tal vez no sea fácil encontrar el camino de nuevo pero moverte es siempre la solución. Al cambiar de lugar tus pensamientos, tu corazón te pondrá frente a una nueva luz que te permitirá mirarte como eres ahora, que te permitirá conocer a la persona en la que te has convertido, que te hará descubrir que hay algo mucho más grande que tú y que tu circunstancia para que desde ahí puedas volver a gustarte, puedas volver a amarte y puedas volver a confiar en ti mismo y en la vida.

Si todavía no tienes fuerza para moverte, no te desesperes, ten paciencia, pero no te resignes ni te rindas, tan solo espera al momento justo y ten fe porque Dios está a tu lado; él que jamás te abandona está sentado junto a ti para darte la mano cuando estes listo.

Cuando yo logré hacerlo un mundo nuevo apareció y una gama enorme de posibilidades se presentó ante mí; hoy estoy viviendo experiencias que mi yo de antes no se hubiera imaginado, sé que hay mundos maravillosos esperándome, en conclusión sé que SOY POSIBILIDAD.

¡Date la oportunidad de soñar de nuevo! Cambiar asusta pero el cambio no es tan malo como parece, a veces sólo hace falta levantar un poco la mirada para volver a ver la luz.

 

Gracias a mi maestra Gaby Pro por la frase,



por impulsarme y por inspirarme estas líneas.

 

 

405 visualizaciones3 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

El Prójimo

Publicar: Blog2_Post
bottom of page