Esto que te está pasando...

Eso que te está pasando no busca destruirte, eso que te está pasando puede hacer que te muevas a un lugar que no has imaginado.

El mundo no es ese lugar hostil que busca empujarte todo el tiempo para que caigas y te destruyas, más bien el mundo, con lo que hay en él, es el medio que Dios tiene para hacerte llegar lo que necesitas para alcanzar la plenitud y la felicidad, porque Él solo quiere para ti lo mejor y lo perfecto.

¿Qué te dice esto? ¿Lo crees?

Para mí no ha sido fácil creerlo, sobre todo en aquellos momentos en los que la vida parece ser una terrible tormenta donde al levantar los ojos solo puedo ver nubes negras descargando con furia la lluvia sobre mí ¿Cómo creer algo así cuando todo se derrumba y parece que ya no hay nada que hacer? ¿Qué fue, entonces lo que me hizo cambiar? Creo que lo primero fue el hartazgo, algo así como la idea de que, si no hay remedio, al menos puedo moverme de lugar para no estar tan incómoda, tan cansada, pero lo que no esperaba fue, que al hacerlo, me di cuenta que había otra manera de ver las cosas; tan solo a unos pasos de donde estás la tormenta se ve y se siente diferente ¿Qué pasaría entonces si te mueves un poco más?

Esa situación tan terrible, triste o difícil en realidad no te está pasando, eso simplemente está ocurriendo, y al ocurrir claro que te toca, te impacta, a veces con tanta fuerza que parece romperte, pero hoy te lo digo con completa convicción: NADA DE LO QUE PASE PUEDE DESTRUIRTE, DIOS ESTÁ CONTIGO, TU NO ERES ESO QUE ESTÁ PASANDO, TÚ ERES MUCHO MÁS QUE ESO.

Hay una frase que escuché, que terminó de cambiar mi percepción de las cosas: “El hombre ya vencido entorpece la acción de Dios...” Si te sientes vencido o vencida no podrás mirar lo que Dios hace llegar para rescatarte, porque sólo si afinas la mirada podrás darte cuenta de que, entre las nubes, se filtran tenues rayos de luz que anuncian el final de la tormenta o que apuntan a otro sitio donde no llueve, siempre hay algo que hacer. La naturaleza humana es la POSIBILIDAD, pero hay que dejarse alcanzar por ella.

Tú no tienes control sobre lo que pasa, pero si lo tienes sobre lo que decidas hacer ante eso; solo que tal vez no tengas idea de qué hacer, no te preocupes, si no sabes qué hacer tan solo muévete, muévete cómo puedas. Decía la Madre Teresa “Cuando no puedas correr, trota, cuando no puedas trotar camina, cuando no puedas caminar usa el bastón, pero nunca te detengas.” Haz algo distingo, habla con alguna persona con la que no has hablado en mucho tiempo, ve a otros lugares; ponte en las manos de Dios y empieza por lo más sencillo que puedas hacer y verás como, sin que te des cuenta algo empezará a cambiar en ti.

Perdemos tanto tiempo peleando con lo que ocurre, calificando los hechos desde la culpa, la vergüenza, la insuficiencia y el papel de víctima que nos cerramos a encontrar las posibilidades infinitas que hay en nuestro ser. Claro que tampoco se trata de ser duros con nosotros mismos, es humano caer ahí, a veces necesitamos tiempo para sentir el dolor, apaciguar el miedo y tomar fuerzas para movernos, pero si vamos practicando, poco a poco nuestra confianza se fortalece y vamos aprendiendo a elegir mejor nuestra postura ante las circunstancias de la vida, para poder actuar desde ahí.