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Vivir es urgente

Una de las verdades que más me ha costado aceptar es que la muerte es parte de la vida. ¿Acaso me creía inmortal o pensaba que mis seres queridos nunca morirían? En realidad no fue esa muerte la que me costó aceptar, sino el hecho de que mientras vivimos, cuando el corazón todavía late y los pulmones respiran, partes de nosotros mueren en diferentes momentos y por distintas causas.

Morimos un poco o un mucho, cuando perdemos las cosas valiosas e importantes de nuestra vida; hay sueños y metas que jamás se cumplen, grandes expectativas que se frustran, batallas que se pierden a pesar de haber luchado con todas las fuerzas, relaciones que terminan y proyectos que fracasan; las etapas de la vida se completan, la enfermedad llega, los seres queridos se van y lo más duro, fallecen justo cuando más los necesitábamos. ¿Por qué nos pasan esas cosas? ¿Mala suerte acaso? O tal vez ¿castigo por algún mal que hicimos? NO, esas “muertes” son parte de la vida y sin embargo gastamos mucho tiempo evitando morir, evitando perder, huyendo del dolor sin darnos cuenta de que esa continua batalla es lo que nos impide vivir de verdad.

En un mundo que tantas veces nos acorrala y nos invia a optar por la muerte en lugar de la vida ¡Vivir es urgente! Pero ¿Qué es en realidad vivir?

Vivir es reír, pero también llorar, es triunfar y fracasar, caerse y levantarse, empezar y terminar, para vivir es necesario permitir que todas esas situaciones y emociones convivan, alternándose y combinándose como los instrumentos en una orquesta al interpretar una hermosa sinfonía.

Las lágrimas limpian el alma para dar lugar a las risas, de cada fracaso aprendemos algo importante que nos permite llegar al triunfo, nadie que no se ha caído jamás aprenderá a levantarse y cada final da lugar a un nuevo comienzo.

Sin embargo, hay golpes de la vida que nos dejan sin fuerzas, muchas veces sin propósito y sin sentido ¿Qué hacer en esos momentos en los que sentimos que una parte nuestra muere? ¿Cómo enfrentar esos momentos de oscuridad?

Recuerdo aquel momento hace más de 2000 años en los que un grupo de mujeres llegaron a un sepulcro oscuro buscando esas respuestas, María Magdalena y sus compañeras buscaban a Jesús muerto pero lo que se presentó ante ellas fue otra pregunta:


“¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?” Lc 24,5


Creo que muchas veces actuamos así en el dolor, buscamos lo perdido en los sepulcros oscuros y vacíos, pero ahí no hay nada. Las mujeres sólo pudieron encontrarse con Jesús saliendo del sepulcro ¿Creyeron en realidad lo que les dijeron los ángeles? Probablemente no, pero algo las movió, tal vez fue la curiosidad, pero lo que hicieron les permitió encontrarse con un Dios vivo: salieron del sepulcro.

Se por experiencia propia que a veces es muy difícil salir de esa cueva oscura, dudamos de que en realidad quede algo fuera o nos da miedo salir a un mundo que se vuelve amenazante y desconocido, pero la buena noticia es que justo en la entrada esta Dios esperándote, ese Dios que no es de muertos sino de vivos y que tiene un sueño maravilloso para ti. Tal vez ese sueño no es el que tu pensabas, tal vez la forma de alcanzarlo tampoco lo sea, pero sus sueños son siempre mejores que los nuestros. Jamás estás solo en la cueva del sufrimiento Dios simplemente está esperando que te de dejes llevar por la curiosidad y te acerques a la entrada para devolverte la vida.

Esto se oye bonito, pero ¿Cómo hacerlo? ¿cómo acercarte de nuevo a la vida? ¿cómo salir de la cueva?

Puedes empezar permitiéndote SENTIR sin miedo y sin culpa, sin juzgarte. Sentir no es de débiles, sentir es humano. No trates de entender observa lo que sientes, nómbralo y después déjalo salir de ti adecuadamente, sin dañarte y sin dañar a otros: háblalo, grítalo, escríbelo, cántalo, píntalo.

Siente también la vida que fluye en ti y AGRADECE, empezando por lo pequeño y lo simple acostumbrándote a mirar, a escuchar, a percibir con detalle todo lo que pasa a tu alrededor ¡Hay maravillas ocurriendo todo el tiempo sin que te des cuenta!

Agradecer te conectará con el presente, la vida no está en el pasado que se fue, ni en el futuro que aún no llega, sólo se puede vivir en el ahora, piensa ¡Sólo por hoy! ¿Hace falta tener grandes metas a largo plazo para vivir? ¡No! Para vivir solo hace falta fluir con la vida y aceptar lo que venga sabiendo que aceptar no es resignarse, no es estar de acuerdo y no es que te guste, es simplemente dejar de pelear contra lo que no puedes cambiar para abrirte a la posibilidad de hacer algo con lo que hay.

Esto puede ser tan solo un comienzo, pero la esperanza está en saber que siempre hay un propósito que descubrir, no importa tu edad ni tu situación, al menos deja que la curiosidad te haga ir a ver qué pasa a partir de hoy, estoy segura de que te sorprenderás.




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1 Comment


siivic
Aug 24

Dios te Bendice e ilumina siempre CELINA, Muchas gracias por tu aportación al Prójimo como Yo, que ni siquiera nos conocemos, Felicidades, Julio Mario R.C.

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